Vidrio romano I

Ohhh! Se acaba el verano… ¿Qué tal os ha ido? A nosotras genial, no hemos tenido vacaciones pero no nos quejamos 🙂 . Y nuestras entraditas de blog han disminuido, porque estabamos hasta arriba. Pero hoy volvemos para haceros más ameno el día a los que estais trabajando y entrentener al que esté descansando.

Hoy vamos a contaros una restauración que realicé hace algún tiempo. Se trata de una pieza arqueológica que formaba parte de un ajuar funerario encontrado en un enterramiento romano en Villalba de los Barros (Badajoz). La excavación fue realizada por la empresa TERA SL y la restauración me encantó. El ajuar estaba compuesto por seis piezas: tres platos de ‘Terra sigillata‘ (vajilla de mesa), una cerámica de paredes finas con restos de engobe, una jarra de cerámica común y una jarra de vidrio. En la foto podeis ver el ajuar en el momento de la excavación, cuando aparece.  La flecha os indica cual es la pieza de vidrio.

Otro día os contaremos el proceso de restauración del resto de piezas, pero hoy vamos a dejarle paso a la pieza de vidrio, que además es mi material favorito y que en su momento me dio muchos quebraderos de cabeza. Afortunadamente el resultado final fue muy bueno.

La pieza como podreis imaginaros, por el tipo de material que es (sobre todo el vidrio romano es más frágil porque tiene un espesor de escasos milimetros, no es como los vidrios que fabrican hoy lógicamente) y al encontrarse enterrado, apareció fragmentada en mil pedazos, algunos diminutos y lo único que se mantenía en fragmentos grandes era la parte de la boca, cuello y asa de la jarra. Esto nos dificultaría el montaje y el pegado del objeto. Os muestro una foto para que veais de que hablamos. Por suerte la pieza, a pesar de estar fragmentada, conservaba la forma original gracias a la tierra que contenía la jarra y esto nos ayudó a orientarnos en el montaje.

Os cuento el tratamiento desde el principio. Lo primero que hicimos fue fotografiarla y documentarla para no perder detalle. Después pasamos a sacar los fragmentos de la la bola de tierra que veis en la foto para empezar la limpieza.

El proceso de limpieza en este caso fue sencillo porque el material se conservaba bien, es  decir no había escamas y tampoco una gran cantidad de sales insolubles, unicamente en la zona del borde de la jarra. Así que limpiamos cada fragmento de la pieza con agua destilada, un jabon neutro y mucha paciencia.

Una vez limpio empezamos a descubrir información que antes no veiamos con la tierra adherida, como algunos defectillos del proceso de fabricación. Burbujas, líneas del soplado y alteraciones que antes no eran visibles bajo la tierra.

Esta limpieza nos favorece ha diagnosticar bien en proceso de alteración y realizar una buena propuesta de tratamiento y de montaje.

El siguiente paso fue rebajar las sales insolubles, pero esto nos lo reservamos para la siguiente entradita, para no ser tan cansinas!!