Los enigmas de Leonardo Da Vinci siguen intentando salir

El fresco “La Batalla de Anghiari” (1505) de Leonardo da Vinci sigue desaparecido y Maurizio Seracini (Investigador de arte italiano) cree firmemente que se encuentra oculto bajo un fresco de Giorgio Vasari de 1561. Seracini obtuvo en 2007 la autorización del Gobierno italiano para proceder a la exploración de la pintura de Vasari sobre la batalla de Marciano en Val di Chiana “La batalla de Scanagallo”, y guiado por una inscripción a 12 metros del suelo, sospechó que la pared este de la sala, donde se encuentra el anterior fresco, podía ocultar la obra de Leonardo da Vinci.

En esa inscripción, un soldado florentino de la pintura de Vasari, mueve un estandarte con las palabras “Cerca trova” (“Quien busca encuentra”), interpretado por el investigador como una pista que pudo dejar el arquitecto, quien, como admirador del trabajo de Leonardo, habría intentado conservar la obra del autor de La Gioconda. Estos sucesos están ocurriendo en el Palacio Viejo de Florencia, donde, Seracini, por empleo de sondas , ha encontrado restos de pigmentos similares a los empleados en La Gioconda. Se han encontrado indicios de una capa beige que sólo podría  haber sido hecha con un pincel, además de restos de pigmento negro y varios fragmentos de material rojo que se han asociado a una laca de ese color y cuya presencia sería imposible de pensar que se trata de un simple muro.

Pero el equipo de investigadores han tenido que detener el proyecto porque el Ministerio de Cultura italiano se lo ha prohibido.  Justifican que están dañando en exceso la obra de Vasari y que no alegan pruebas suficientes que demuestren que la obra perdida de Leonardo se halle debajo. Tras 30 años de búsqueda, esta misteriosa obra de Leonardo va tener que seguir en letargo, pues ¿quién sería capaz de eliminar una magnífica obra de Giorgio Vasari del siglo XVI, por unas pruebas no demasiado concluyentes? ¿O es que es más importante un “supuesto Leonardo” que un auténtico Vasari?

Giorgio Vasari (1561)

Marga Olmo.