Hoy os vamos a hablar de un trabajo que terminamos hace poco y que nos ha llevado algún tiempo, pero nos ha encantado darle un aire nuevo a este piano vertical. El trabajo consistía en reparar algunas zonas del mueble y darle un lacado final, al gusto del cliente.

El piano antes de la restauración

El piano es del siglo XIX, datado al menos en 1862, año en el que estuvo expuesto en la “Exhibición Internacional de Londres”, a juzgar por el medallón que encontramos en el interior de la tapa superior del piano.

También sabemos, por lo que nos cuenta Elise, que lleva cinco generaciones en su familia, desde 1918 y que ella siempre lo recuerda de color blanco, aunque originalmente era de otro color y nos aporta algunas fotos como ésta del piano.

Fotografía cedida por la cliente, 1918.

Es increíble el valor sentimental que puede llegar a tener un mueble para nosotros, aunque para otras personas pase desapercibido. Por no hablar del valor histórico que esconde una pieza como ésta, que además actúa de testigo histórico de muchos acontecimientos. Estos son los trabajos que cada mañana te hace afrontar la jornada laboral con ganas e ilusión, sobre todo cuando el cliente nos aporta tanta documentación, porque al igual que nosotras valora su antigüedad y nuestro buen hacer.

El piano fue fabricado en Holanda por los hermanos Brødrene Hals, pioneros en este arte. Y dos siglos después llega al Taller de Menia, en un avanzado estado de deterioro.

Marca del fabricante y número de serie

Las  alteraciones que hemos encontrado en el piano son daños que afectan sobre todo a las capas de pintura, que en total hemos encontrado dos y el tintado original de la madera. Sobre todo las más llamativas son las faltas, abolsamientos y levantamientos de láminas. La mayor parte de estos daños se identifican en la última capa de pintura y se deben a que la técnica y la pintura empleada no eran la adecuada, además se aplicaron directamente sobre el lacado anterior, sin lijar previamente.

El tratamiento de reparación y conservación que hemos llevado a cabo ha servido para que estas alteraciones no sigan avanzando y posteriormente se ha preparado la superficie para aplicar el nuevo acabado. Hay que tener en cuenta que este trabajo no era un  trabajo de restauración sino un cambio de aspecto del piano, lógicamente velando porque el nuevo acabado y el tratamiento de reparación empleado aseguren la preservación del instrumento.

El tratamiento que hemos llevado a cabo es el siguiente:

1. El primer paso fue preparar la superficie, por medio de una limpieza y un lijado posterior de la última capa de pintura.

2. El siguiente paso fue encolar y devolver a su lugar las láminas levantadas: adhiriéndolas de nuevo y por presión con ayuda de gatos y sargentos.

3. Después pasamos a enmasillar aquellas zonas de falta con una resina epoxídica. Ya tenemos el mueble listo para pasar a la fase de imprimación y lacado, lo que llamamos el acabado final.

El piano despues de lijar, encolar y enmasillar.

4. También realizamos la limpieza del teclado: las teclas eran de marfil y ébano, muy delicadas pero presentaban mucha suciedad superficial, formada por cera, gotas de pintura y polvo en general.

5. El siguiente paso fue realizar un tratamiento de limpieza y protección de los accesorios metálicos del piano, los candelabros delanteros y las asas de agarre, en bronce.

Los candelabros antes del tratamiento

Los candelabros después de su restauración

6. A continuación aplicamos al mueble una de imprimación con pistola. Como todos sabemos esta base es una capa fina y lisa que sirve para regularizar toda la superficie y proporciona un acabado fino, que servirá para que la capa de laca agarre.

7. Finalmente lacamos el mueble con el color elegido por el cliente, blanco roto y  acabado mate, con pistola, como en el paso anterior, consiguiendo este resultado.

El piano después de la restauración

Ha sido un trabajo largo pero a la vez espectacular porque el piano tenía unas dimensiones considerables y no era de fácil movilidad, pero el resultado ha sido muy bueno.

Gracias Elise por confiar en nosotras.