EL BAÚL DE PILAR I

El día que Pilar me enseñó el baúl (recién rescatado de la basura) pensé: cuantas posibilidades tiene!!! Así que le dí miles de vuelta y miré por internet, pero nada se parecía a lo que me rondaba por la cabeza.Cuando me lo trajo estaba bastante estropeado, la base se caía, la tapa estaba rajada y el esmalte azul… Así que lo primero que hicimos fue quitarle los herrajes y colocar la base en su lugar con unas puntillas y después decapar porque el esmalte estaba muy adherido a la madera.

El decapante nos ahorra tiempo y trabajo, pero es muy tóxico y os recomiendo usarlo en un lugar bien ventilado, protegidos con guantes y mascarilla. Después de decapar lo hemos limpiado bien con un trapo húmedo y listo para pintar.

Antes de pintar hemos enmasillado las zonas cascadas y las grietas y también hemos pegado la fractura de la tapa con cola blanca, que se ha pasado unos días sujeta con un gato para devolverla a su lugar.

A la hora de pintar, a mí me gustaba en rojo pero como la idea era forrar el interior y pintar el exterior, encontré un retal de tela preciosa para el interior por dos euros y tuve que decidirme por un marrón chocolate para el exterior. También quise darle un toque antiguo, así que el mismo color marrón que había comprado lo mezclé con blanco y obtuve un color malva, bastante aparente, que sirvió de base para el baúl. Sobre este tono le puse el marrón chocolate para acabar haciendo un decapé.

La pintura que hemos usado es acrílica porque es menos tóxica que la pintura sintética y, para usarla en casa, huele menos. También, cuando toca limpiar los pinceles, es más sencillo porque solo con un poco de agua y jabón, la pintura sale estupendamente…

En media hora la pintura se ha secado y pasaremos lana de acero por la superficie que nos interese rascar para eliminar el color marrón y sacar el malva, consiguiendo este resultado.